viernes, 23 de enero de 2015

LA DAMA DE NEGRO 2: ALMA EN PENA

La dama de negro 2: El ángel de la Muerte. Director: Tom Harper. Protagonistas: Phoebe Fox, Jeremy Irvine y Helen McCrory, entre otros. Guionista: John Croker, en base a personajes y situaciones creados por Susan Hill para la novela The Woman in Black. Hammer / Relativity. Reino Unido / Canadá, 2014. 

 Una entretenida decepción. No se me ocurre más acertada frase para dejar por escrito el saldo de mi impresión tras haber asistido a la larga hora y media de esta La dama de negro 2: El ángel de la Muerte (The Woman in Black: Angel of Death, 2014), secuela de la muy lograda primera parte, protagonizada por Daniel Radcliffe y estrenada hace ya tres añitos. Que se me entienda, por favor. Para el moderno canon del cine de terror, La dama de negro 2 es una experiencia sólida y más que lograda, técnica y narrativamente. Es ominosa y grandilocuente, con el timing justo para incomodar los trastes apoyados en las butacas. 


Aprovecha (relativamente) el cambio de época para trasladar el influjo de la victoriana casa embrujada hasta la Inglaterra sacudida por bombardeos y el horror de la Segunda Guerra mundial. Muy bien fotografiada y mejor ambientada, juega con el aislamiento del lugar, la impiadosa voluntad del malvado fantasma y los traumas propios que los protagonistas arrastran desde antes del inicio del metraje.


Pero (siempre hay un pero), comete la peor de la traiciones que una producción Hammer pudiera llevar a cabo. Renuncia a la identidad construida por el estudio británico (expresado por el 99 % de la primera parte) para abrazar la sensibilidad norteamericana a la hora de entender el efecto del terror sobre las personas. O sea que asusta (y mucho, si me apuran un poco) pero no mete miedo. Se queda en el sobresalto epidérmico, sin saber cómo ir calando hasta el hueso con el peso del vacío existencial, tal vez porque no se anima a transitar la perturbación de la angustia como motor de la duda humana.


Sin dejarle margen a la imaginación, entonces, el director Tom Harper ejercita su estilo y diluye la impronta conceptual de la Hammer en una serie de probados (y conocidos) golpes de efecto. Y reduce a La dama de negro (la película y el personaje) a una pobre alma en pena, condenada a decantar en serie y vagar por las pantallas hasta el hartazgo. 
Fernando Ariel García

No hay comentarios:

Publicar un comentario