Milagro.
Director:
Bogdan
George Apetri.
Protagonistas:
Ioana Bugarin, Emanuel Pârvu, Cezar Antal, Ovidiu Crișan, Valeriu
Andriuță. Guionista:
Bogdan
George Apetri.
The
East Company Production / Cineart TV Prague / Tasse Film. Rumania /
República Checa / Letonia, 2021. Estreno en la Argentina: 12 de
octubre de 2023.
Extraño
policial este de Bogdan
George Apetri. Todo el tiempo sabemos cuál es el crimen que se
cometió, cuándo, dónde y cómo se lo llevó a cabo, quién lo
perpetró y quién fue su víctima, qué está investigando el
policía y cuáles son sus herramientas deductivas. Extraño
policial, sí,
pero
hipnótico y atrapante. Por su curiosa estructura narrativa, resuelta
siempre mediante largos (larguísimos) planos secuencia que la dotan
de una sugestiva apariencia onírica. Pero, sobre todo, por
escamotearnos consciente y permanentemente, las motivaciones por las
cuales los personajes hacen lo que hacen durante el metraje. Y
ese será el principal dilema a develar.
Segunda
parte de una trilogía en estado de desarrollo, Milagro (Miracol)
puede verse de manera independiente sin ningún problema. Porque
comparte con Unidentified
(2020) su
marco
geográfico (la
ciudad de Piatra
Neamț),
espacio temporal (el presente) y
algunos personajes que antes
fueron protagónicos y ahora
transcurren como secundarios sin demasiado peso específico. Vistas
en conjunto, las
películas parecen
dialogar sobre los traumas, las esperanzas, los apegos y desapegos
que estarían marcando el ritmo de la sociedad rumana, más pendiente
de lo individual que de lo colectivo, atrapada
entre un pasado que no termina de irse y un futuro que tarde en
llegar.
Al
momento de defenderse sola, Milagro se muestra como un eficiente
estudio psicológico sobre la fe. En particular, sobre las preguntas
que despierta esa confianza ciega en algo o alguien que, como en este
caso, puede llevar a la persona creyente a optar por un silencio
inentendible para el entorno. Se trata del principio de acción que
rige el destino de la víctima, pero también del poder que expresa a
la hora en que las papas queman y se exige una toma de partido
por parte del espectador.
Vestido
de thriller, fingiendo una objetividad que le permite insertar
naturalmente la posibilidad de lo sobrenatural, el film alterna la
progresión del relato saltando desde la subjetividad de una mujer a
la subjetividad de un hombre. La misma dualidad que enfrenta a los
escenarios rurales y urbanos por donde se mueve la trama. Y la misma
dualidad que parece definir las elecciones realizadas por la joven
monja que abandona el convento para confirmarnos la crisis
existencial que se adivina desde el inicio; y el detective urgido y
obsesionado por alcanzar la verdad aunque deba recurrir a la
tergiversación y la mentira. En lo que ambos ocultan descansa
la identidad de un suceso inexplicable por las leyes naturales o
científicas. Creer o reventar.
Fernando
Ariel García
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