Alerta extrema. Director: Jean-François
Richet. Protagonistas: Gerard Butler, Mike Colter, Yoson An, Tony Goldwyn, Daniella
Pineda, Paul Ben-Victor, Remi Adeleke, Joey Slotnick, Evan Dane Taylor, Claro
De Los Reyes, Kelly Gale, Lilly Krug, Oliver Trevena, Quinn McPherson y Haleigh
Hekking, entre otros. Guionistas: Charles Cumming y J. P. Davis, sobre una
historia original de Charles Cumming. MadRiver Pictures / Olive Hill Media / Di
Bonaventura Pictures / G-Base. EE.UU., 2023. Estreno en la Argentina: 26 de enero
de 2023.
Tengo la sensación de que
Gerard Butler quiere volverse un nuevo Liam Neeson. No porque busque
transformarse en un gran actor, que le vendría muy bien el intentarlo, sino
porque pareciera estar decidido a convertirse en un género cinematográfico en
sí mismo, algo que ha conseguido (hace bastante) el británico de múltiples
registros con sus cintas de acción. El problema que yo le veo a Butler es que,
por más que lo intente, no logra salir del papel del Leónidas descremado que
viene repitiendo desde Ataque a la Casa Blanca. Y con tan poquito podrá
estrenar películas a mansalva, pero dudo que haga cine.
En Alerta extrema (Plane),
Butler se disfraza de un ex piloto de la RAF, dedicado ahora a volar aviones para
una línea low cost. Como es de esperar, a la media hora del metraje, debe realizar
un aterrizaje de emergencia en la isla de Joló, parte de la República de Filipinas
que se encuentra dominada y gobernada por una milicia local de terroristas que
toman como rehenes a los tripulantes y pasajeros sobrevivientes. Por suerte
para Butler, en el avión viajaba Luke Cage (o sea, Mike Colter), un militar extraditado
por homicidio. Y entre los dos, más alguna ayudita extra, van a poner cara de
recios y hacer lo que todas las fuerzas armadas de una nación no pudieron hacer
antes. Transpirando mucho y demostrando lo machos que son.
Atrasando todo lo que pueda
atrasar a la hora de distribuir los roles protagónicos, la película se vuelve
el clásico mamarracho ideológico en donde los angloparlantes son bondadosos,
dedicados, abnegados y desinteresadamente heroicos; y los asiáticos aparecen
garabateados como salvajes e inhumanos, pérfidos, sucios y desgreñados émulos
del Che, capaces de hacer las canalladas más atroces mientras ponen cara de
malos, como si hiciera falta acentuar lo muy malos que son.
Mezclando elementos de la
saga de Aeropuerto y Rambo, con algo de Lost metido en el medio, Alerta extrema
se asume como una película pochoclera y descerebrada, excesiva y desbordada, de
esas que en los ’80 hubieran ido directamente al VHS. Eso sí, hay que
reconocerle al director, Jean-François
Richet, la mano para las secuencias del avión, en las que logra realmente mucho con muy poco. De haberse quedado en las alturas, el film podría haber sido otra
cosa. Pero no, el avión se tenía que caer, aunque en la caída terminara
arrastrándolo todo.
Fernando Ariel García
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