jueves, 3 de marzo de 2016

HISTORIETAS X LA MEMORIA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

(Información de prensa) En consonancia con el 40º aniversario del golpe militar, la Biblioteca Nacional presenta el libro Historietas x la Identidad, publicado por la Biblioteca Nacional junto con las Abuelas de Plaza de Mayo, e inaugura la muestra Rubén Sosa. De vuelta en casa. Partciparán Estela de Carlotto (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo), Flora Beker (viuda de Rubén Sosa) y Roberto Petrinelli, entre otros. 


Héctor Germán Oesterheld, considerado el mejor guionista argentino –uno de los 30 mil desaparecidos por la última dictadura militar–, entendía que la historieta podía ser una herramienta pedagógica y política. Este aspecto, muchas veces relegado de tiras y viñetas nacionales, es recuperado en las dos producciones que la Biblioteca Nacional presenta en consonancia con el 40º aniversario del golpe militar. El jueves 10 de marzo a las 18:30 horas, en la Sala Juan L. Ortiz, confluirán dos actividades ligadas a la historieta y la memoria: La presentación del libro Historietas x la Identidad, publicado por la Biblioteca Nacional junto con las Abuelas de Plaza de Mayo, y la inauguración de la muestra Rubén Sosa. De vuelta en casa


Historietas X la Identidad: Abuelas de Plaza de Mayo convocó a dibujantes y guionistas que aceptaron el desafío de narrar en cuadritos 35 de esas historias concretas. Esos trabajos, ahora reunidos en libro, formaron parte de una muestra organizada por la Biblioteca Nacional, que itineró por el país. 


El libro Historietas x la Identidad fue concebido como una herramienta para buscar –y, ojalá, encontrar– a cada uno de los y las bebés nacidos/as durante el cautiverio de sus madres; apropiados ilegalmente, hoy son hombres y mujeres de entre 35 y 40 años y siguen privados de su identidad. 


Rubén Sosa. De vuelta en casa: La relación entre las palabras y las imágenes nos ha preocupado desde hace siglos, al menos desde los días de Grecia y Roma. ¿Dónde estaban los límites de una y otra de estas formas de expresión? ¿Se complementaban o se oponían? ¿Cuál de las dos servía con mayor eficacia a los propósitos de la imaginación? Para nuestros antepasados más remotos, no había diferencia entre los dos sistemas. Para estos antiguos lectores de historietas, una imagen sin texto o un texto sin imagen era incompleto si no inconcebible. 


Rubén Sosa ha sido un reconocido historietista y dibujante que mantiene esta misma tensión. Gracias a la generosa decisión de su familia, gran parte de su obra ha sido recobrada como patrimonio cultural del país y la Biblioteca Nacional recibió en donación unas 500 páginas originales a través de su Archivo de Historieta y Humor Gráfico Argentinos. En el año 1975 Sosa tuvo que dejar el país, pero no abandonó el compromiso con lo que sucedía en estas tierras. 


La obra Un hombre normal, que se exhibe en la Plaza del Lector Rayuela desde el 10 marzo hasta el 30 de abril, es una historieta escrita y dibujada por él, dónde describe la cotidianidad de un mercenario parapolicial que se aboca, con igual “eficacia y contundencia” –tal como afirma el propio personaje–, a limpiar a su departamento de cucarachas y al país de quienes supone guerrilleros y subversivos. A horcajadas de este “hombre normal”, la protagonista principal de estos relatos es la violencia: cualquier parecido con la realidad de los tiempos de accionar de la Triple A y los militares de la última dictadura, no es pura coincidencia. 


Los dos primeros capítulos de Un hombre normal fueron realizados apenas producido el golpe militar, antes de que el artista partiera a radicarse en Italia,y los tres restantes fueron dibujados y publicados en Europa. Hasta ahora, la historieta nunca había aparecido en la Argentina. La Biblioteca Nacional decidió editarla completa en una publicación especialmente realizada para la ocasión. 


“Nunca conocí una historieta más negra, más desesperante que Un hombre normal. Hacía varios meses que tenía esta historieta entre mis manos, leyéndola una y otra vez siempre con la misma angustia, dudando si publicarla o no a causa de su realismo. No quiero jugar al juego hipócrita de ciertas revistas que hacen que se indignan de las atrocidades que cuentan para congraciarse con una clientela que nada tiene que ver con usted, amigo lector”, escribió Georges Wolinski al presentar el cómic a los lectores de Charlie Mensuel Nº 108, en enero de 1978. Charlie Mensuel fue la revista antecesora de Charlie Hebdo; y Wolinski, jefe de redacción de la publicación, es uno de los dibujantes asesinados en el ataque a la redacción de la publicación francesa en enero de 2015. 


En la Sala Leopoldo Lugones se exhibirán algunos originales de trabajos de Rubén Sosa, de distintas épocas y estilos, entregados por la familia en donación al Archivo de Historieta y Humor Gráfico Argentinos.

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