Archie 80th Anniversary Jumbo Comics Digest N°
1. Guionistas: Vic Bloom, Paul Castiglia, Angelo De Cesare, Frank Doyle, Joe
Edwards, George Gladir, Bill Golliher, Dick Malmgrem, Rod Ollerenshaw, Dan
Parent, Mike Pellowski, Samm Schwartz, Bill Vigoda. Dibujantes: Dan DeCarlo, Dan
DeCarlo Jr., Joe Edwards, Geo Frese, Ray Gill, Dan Parent, Bill Golliher, Gus LeMoine, Los
fabulosos K-Bros! (Pat Kennedy y Tim Kennedy), Harry Lucey, Bob Montana, Pat
Kennedy, Henry Scarpelli, Samm Schwartz, Jeff Shultz, Bill Vigoda, Bob White. Entintadores:
Jim Amash, Jon D’Agostino, Jimmy DeCarlo, Vince DeCarlo, Joe Edwards, Marty
Epp, Rich Koslowsy, Rudy Lapick, Bob Montana, Samm Schwartz, Ken Selig, Henry
Scarpelli, Bob Smith, Bill Vigoda. Coloristas: Digikore Studios, Rick Taylor, Glenn
Whitmore. Portadista: Dan Parent. Editor: Mike Pellerito. 180 páginas a color.
Archie Comics. EE.UU., marzo de 2021.
Tengo una hija de 13 años. Nativa del
streaming, gracias a Netflix se hizo fanática de Riverdale. En realidad, al
igual que la mayoría de sus amigas, se hizo fanática de Cole Sprouse, el actor
que interpreta a Jughead (quien para mí seguirá siendo Torómbolo) y, en menor
medida, de la relación amorosa que, dentro y fuera de la pantalla, vive con
Lili Reinhart, la actriz que da vida a la blonda Betty. No sabe (nunca le
importó) que el espíritu original de la saga de Archie Andrews estaba en las
antípodas de la sensibilidad lyncheana de la serie. Y cuando le mostré este
Archie 80th Anniversary Jumbo Comics Digest, que inicia los festejos oficiales
por los 80 años de la saga, al ver la portada sentenció categóricamente: “Ese
no es Archie. Y eso es una porquería”.
En realidad, ese sí es Archie (al menos para
mí) y la revista no es ninguna porquería, si uno acepta la previsibilidad del
canon que expresan sus páginas. Junto con una selección de material clásico
(incluida la primera aparición de Archie Andrews), el combo abre con una nueva
historieta que celebra el legado de estas 8 décadas. Jugando con el concepto de
la Crisis en las Tierras Infinitas de DC, la aventura firmada
por Bill Golliher y los fabulosos K-Bros! se apoya en la teoría de los
universos paralelos para justificar la presencia simultánea de todas (o casi)
las variables conocidas de una franquicia que, hasta no hace mucho, estaba
marcada por las iteraciones constantes más que por los cambios radicales.
Debut de Archie, por Vic Bloom y Bob Montana, publicado originalmente
en Pep Comics N° 22 (diciembre de 1941)
Desde el tono naif de la clásica comedia de
situaciones, intervenida por el humor físico del slapstick, la historieta
sintetiza los temas recurrentes que cimentaron la fama de la marca: La idea de
la adolescencia como una zona prístina de confort, eterna estudiantina sin
conflictos, habitada por la amistad, la escuela, los triángulos amorosos
completamente asexuados y una pertenencia férrea al modelo familiar más
tradicional que pueda imaginarse. Con unas gotas de fantasía y mucha confianza
en la intangibilidad de esos valores reconfirmados (hasta el hartazgo) por la ideología
más rancia. El resto, una atinada selección de anécdotas alegres (algo
nostálgicas) con esa vida de clase media suburbana protagonizada por Archie,
Jughead, Betty y Veronica, más la pandilla de Riverdale, Josie y las Pussycats y
la brujita Sabrina, todo muy alejado de las actuales (re)versiones
hollywoodenses.
Lo más interesante, al comparar estos registros
de ocho décadas ancladas en un tiempo mítico para el cual pareciera nunca haber
pasado el tiempo, es lo modernas que se ven (se sienten) las primerísimas aventuras
de Archie (sobre todo, las de Bob Montana y Bill Vigoda). A nivel gráfico, mucho
más crudo (Montana) y estilizado (Vigoda) que el de la imagen galvanizada por
la cultura pop de los ’60. Y a escala temática, por el retrato que pintan del
estereotipo adolescente, plagado de inofensivos detalles que hoy serían
inadmisibles por su incorrección política. Detalles que, me arriesgaría a
afirmar, son los que forjaron el éxito inicial de la serie. Los mismos que
fueron limados sin compasión para encajar en el imaginario conservador que
ayudaron a estandarizar en los EE.UU. Y a diseminar por el mundo entero, con la
prepotencia del papel impreso, los dibujos animados, la música (Sugar, Sugar,
gran pegada de la banda The Archies), el merchandising y el copamiento
insensible de la industria del entretenimiento global.
Fernando Ariel García
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