Orgullo y Satisfacción número especial. Autores: Ágreda, Albert Monteys, Alberto Gónzalez Vázquez, Asier y Javier, Bernardo Vergara, El Mundo Today, Guillermo, Isaac Rosa, IuForn, Javier Pérez Andújar, John Tones, Lalo Kubala, Luis Bustos, Malagón, Manel Fontdevila, Manuel Bartual, Mel, Oroz, Paco Alcázar, Paco Sordo, Triz. Portada: Manel Fontdevila. Directores y Coordinadores: Guillermo, Albert Monteys, Manel Fontdevila, Bernardo Vergara, Manuel Bartua. 40 páginas a todo color. Orgullo y Satisfacción S.L. ISSN: En trámite. España, enero de 2015. Descarga gratuita aquí.
Está todo muy fresco. Todavía no hay suficiente distancia como para tratar de ver en perspectiva el hecho y sus consecuencias. Prima la emoción más desnuda, la condena al espanto ocurrido, la admiración hacia los artistas asesinados, la solidaridad para con todas las víctimas y sus entornos familiares y laborales, sus amigos. Y estas son, me parece, las cualidades más sobresalientes que transpiran las páginas del especial de Orgullo y Satisfacción dedicado a Charlie Hebdo, que puede descargarse gratuitamente desde el sitio web de la revista española.
Más allá de las calidades de los distintos trabajos incluidos, el tributo de Orgullo y Satisfacción pone en primer plano el rescate de la identidad que hizo de Charlie Hebdo la revista que fue y que todos esperamos siga siendo a partir del próximo miércoles, cuando llegue a los kioscos de Francia con un millón de ejemplares y la responsabilidad de redoblar la apuesta contra la muerte, con el humor como arma y la libertad como estandarte.
Humor y Libertad, los dos valores fundantes con que Charlie Hebdo entendía (y entiende) el ejercicio de la profesión y la existencia humana sobre este mundo cruel, injusto y fanatizado. Un humor deliberadamente inteligente, insolente, ofensivo, irritante, fastidioso, molesto, irreverente, de mucho trazo grueso y (en algunos casos) grosero y de mal gusto. La más de las veces intolerable, puede ser. Pero nunca intolerante. Su humor, ese humor que eligieron y abrazaron hasta lo último, les permitió mostrar y condenar todo tipo de fundamentalismos, los distintos pensamientos únicos, los fascismos, los abusos, las discriminaciones, poniendo en evidencia los dobles discursos a través de hechos cotidianos llevados al extremo, no sólo como teorías ideológicas discutidas en café y academias.
Charlie Hebdo estaba (y lo expone con claridad Orgullo y Satisfacción) en contra del poder, del honor, de las buenas costumbres, de la moral pacata, del orden establecido. Y eso los ponía, siempre (y a veces con contradicciones), en la vereda de enfrente de la derecha extrema, de la izquierda avejentada, de los Gobiernos, de los bancos, de los medios de comunicación, de todas las religiones. De todas, no sólo del Islam. Para ellos, nada (nunca) fue sagrado o intocable, salvo el valor cívico de la Libertad. Por eso su humor, aún asqueroso y agresivo, no era blasfemo. Porque siempre tuvieron en claro que su enemigo no era el colectivo criticado, sino la porción que ellos representaban de manera desacralizada y sin eufemismos.
Quiero quedarme con algo que editorializa muy claramente Orgullo y Satisfacción. Charlie eran los muertos y son los sobrevivientes que carga la revista. Porque ellos fueron y son los que le pusieron el cuerpo a las balas y a la práctica constante de la libertad de elección. No lo son gran parte de los que llenaron las plazas del mundo ni los que retuitearon consignas ni los que opinaron (a favor o en contra) en diarios, revistas, televisores, radios y sitios de internet. Yo, que me pasé los últimos días hablando, escribiendo, compilando opiniones y dibujos para este mismo blog, no soy Charlie.
Ojalá tuviera los huevos para serlo.
Fernando Ariel García
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