J’accuse.
El affair Dreyfus.
Director: Roman
Polanski. Protagonistas:
Jean
Dujardin, Louis Garrel, Emmanuelle Seigner, Grégory Gadebois, Hervé
Pierre, Wladimir Yordanoff, Didier Sandre, Melvil Poupad, Mathieu
Amalric, Laurent Stocker, Eric Ruf, Vincent Pérez, Michel
Vuillermoz, André
Marcon. Guionistas:
Robert
Harris, Roman Polanski. Basado en la
novela An Officer and a Spy (2013), de Robert Harris. Légende Films
/ RP Productions / Gaumont / France 2 Cinéma / France 3 Cinéma /
Eliseo cinema / Rai Cinema / Kinoprime Foundation / Canal+ / Ciné+.
Francia / Italia, 2019. Estreno en la Argentina: 19 de agosto de
2021.
1894.
Alfred Dreyfus, capitán del Ejército francés, enfrenta al tribunal
militar que lo acusa de haber entregado documentos secretos a
Alemania. Encontrado culpable de alta traición, resulta
condenado al destierro y a prisión perpetua en la colonia penal de
la Isla del Diablo, mundialmente famosa por el trato inhumano que le
brindaba a los detenidos. El hecho histórico real es conocido:
Dreyfus era inocente y había sido castigado
de manera injusta. No por ser espía, sino por ser judío.
De
manera tan firme como detallada,
la película exhibe
la deconstrucción de la mentira, de la torpeza institucional, del
error deliberadamente preservado.
En este doble proceso (realidad histórica y discurso
cinematográfico), la figura de Émile Zola (André
Marcon)
aparece como el verdadero punto de quiebre que decantará
en la libertad y
absolución de
Dreyfus (Louis Garrel en un trabajo de enorme minimalismo). Con su
famoso artículo Yo acuso, publicado por el diario L’Aurore el 13
de enero de 1898, Zola
inauguró la figura del intelectual comprometido;
y
expuso la maraña de intereses y actos de corrupción que protegían
al culpable y castigaban al inocente.
Monumental
manifiesto contra la injusticia ejercida desde el Estado y los
poderes de turno, J’accuse es una obra movilizante y conmovedora,
sumamente contemporánea y universal. Pero también es cierto que uno
no puede dejar de verla como el intento maniqueo de Polanski por
equiparar su situación personal (múltiples denuncias de acoso y
abuso sexual) con la vivida por Dreyfus. Pero en donde el militar
francés fue víctima, el director franco-polaco sigue siendo un
victimario confeso y profugado. J’accuse es una película que
merece verse (incluso
más de una vez), teniendo en claro que Polanski no es Dreyfus.
Fernando
Ariel García
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