Quíromon
(colección Los especiales de Toing!).
Autor:
Marko
Torres.
Comiks
Debris.
Argentina, enero
de 2023.
La
impronta pop del Batman de Adam West. El ritmo sincopado de Las
Chicas Superpoderosas. El contenido intergeneracional de El
laboratorio de Dexter. El minimalismo de Pocoyó. El
humor físico de Buster Keaton. La
inocencia avasalladora de El Chapulín Colorado. Podría seguir, pero
creo que no es justo. El mayor logro de Quíromon no está en las
referencias que uno pueda ir amontonando en
estas líneas,
sino en el disfrute de esos valores, eternos
y universales, que Marko Torres logró sintetizar con mano maestra,
dinamismo envidiable y tramas tan sencillas como redondas.
Si
la internet no miente, Quíromon nació en 2009 en Chile, como una
serie de cortos animados para la TV. De ahí saltó al cómic y, en
2013, RIL Editores publicó el álbum Quíromon: Héroe en
entrenamiento, que parece
ser
el mismo que Comiks Debris presenta en nuestro país bajo el rótulo
básico de Quíromon. Pero, ¿quién es este pequeño quiróptero con
ínfulas heroicas y
estilo moderno, chibi y altamente mercantilizable, capaz de hacer
sentir a los Funko Pop como reliquias del bisabuelo?
Tan
adorable como inepto, el superhéroe oficial de Ciudad Carrusel es un
extraterrestre, hijo del héroe más grande que haya conocido la
galaxia. Con su adictiva naturaleza optimista, cuenta con una extensa
galería de compañeros y archienemigos abrumadoramente cute. O sea,
capaces de despertar la ternura del lector apenas asomen su figura
por la viñeta, sin importar la naturaleza de las acciones que vayan
a llevar a cabo. Incluido el Ninja Kururo, otro clásico personaje
del autor, que aquí hace valer
el necesario cross-over que imponen las leyes del género.
Sin
embargo, pensar a Quíromon como una obra para preescolares
interesados en el multiverso superheroico, me parece, es minimizar la
calidad de los contenidos articulados por Torres. Más allá del
Presidente manejado como un títere, el juego de las anacrónicas
sentencias moralizantes o las referencias a la pandemia, la ironía
adulta nunca opaca el sentido lúdico que exhuman estas aventuras.
Detrás
de la autoconciencia de su naturaleza ficticia, de la exquisita
ruptura de la cuarta pared, Quíromon le habla a los chicos en su
propio lenguaje, los incentiva a interactuar con sus premisas y tomar
partido. Se hace (super)fuerte al mostrarse tal cual es: Imperfecto.
Pero, sobre todo, curioso, creativo y feliz. Es contagioso, por eso
conviene leerlo en familia.
Fernando
Ariel García
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