Top Gun: Maverick. Director:
Joseph Kosinski. Protagonistas: Tom Cruise, Val Kilmer, Miles Teller, Jennifer
Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Lewis Pullman, Ed Harris, Mónica Bárbaro,
Charles Parnell, Jay Ellis, Danny Ramírez, Greg Davis, Bashir Salahuddin, Manny
Jacinto, Raymond Lee, Jake Picking, Jack Schumacher, Kara Wang, Lyliana Wray y Jean
Louisa Kelly, entre otros. Guionistas: Ehren Kruger, Eric Warren Singer y Christopher
McQuarrie, sobre una historia de Peter Craig y Justin Marks. Basado en
personajes y situaciones creados por Jim Cash y Jack Epps Jr. para el film Top
Gun (1986). Música: Harold Faltermeyer, Lady Gaga y Hans Zimmer. Tema
principal: Hold My Hand, interpretado por Lady Gaga. Productores: Jerry
Bruckheimer, Tom Cruise, Christopher McQuarrie, David Ellison. Paramount Pictures / Skydance / TC Productions / Don Simpson - Jerry
Bruckheimer Films. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 25 de mayo de 2022.
No recuerdo mucho de la
primera Top Gun. Fui a verla al cine específicamente por Tony Scott (1944-2012),
hermano menor de Sir Ridley que había parido esa maravilla de El ansia,
glamorosa historia de vampiros protagonizada por David Bowie y Catherine
Deneuve. Pero Top Gun estaba muy lejos de lo que yo esperaba. Tenía ritmo y un
refinado imaginario audiovisual, sí, pero no pasaba de un enganchado de
videoclips armado para vender una banda de sonido que todavía sigue sonando en
mi memoria. Lo importante, el contenido, me pareció un mamarracho fascistoide,
propagandístico y militarista. Una película intragable, llena de clichés y
machista, hasta para los cánones de la época.
Casi cuarenta años después,
Top Gun: Maverick repite tópicos y características, pero aggiornados a los
tiempos que corren. Sigue siendo un mamarracho fascistoide, propagandístico y
militarista, pero un poco más inclusivo y autoconsciente de su exacerbada
masculinidad tóxica. El que la tiene más larga, por supuesto, es Tom Cruise,
que repite personaje y código básico de testosterona senior. Sigue mostrándose
como el eterno e irredimible rebelde ante la autoridad, sólo para confirmar lo
necesaria que es la autoridad autoritaria a la hora de mantener ordenada a la
tropa.
Para salvaguardar la
seguridad global, los protagonistas deberán cumplimentar una misión (eufemismo
para referirse a una intervención militar ilegal en territorio extranjero y
soberano), tan peligrosa como exigente desde lo físico-tecnológico. La excusa
perfecta para que se vuelva a contar la misma película de antes, con el agregado
de un nuevo conflicto intergeneracional que replica y duplica el original. En
el mientras tanto, Tom “Maverick” Cruise lucirá su mejor sonrisa, exorcizará
los fantasmas de su pasado, se volverá modelo a seguir para toda una nueva
camada de pilotos y se quedará con la chica linda. Todo muy yanqui, todo muy
rancio.
Revalidación nostálgica de
un imaginario vetusto, Top Gun: Maverick es un tanque hollywoodense hecho con
el profesionalismo que requiere un tanque hollywoodense de Tom Cruise. Es
efectivo, está bien contado y las escenas de acción capturan permanentemente la
atención del ojo. Aun así, el laburo de Joseph Kosinsky está a años luz de la
elegancia visual de Scott, básicamente porque el proyecto está pensado para
representar a Cruise y no al director de turno. Y musicalmente, a pesar de
tener a Lady Gaga en el soundtrack, es muchísimo más pobre y limitada que la primera.
En resumen: El mismo panfleto, pero peor filmado.
Fernando Ariel García
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