El empleado y el patrón. Director: Manuel Nieto
Zas. Protagonistas: Nahuel Pérez Biscayart, Cristian Borges, Justina Bustos,
Fátima Quintanilla y Jean Pierre Noher, entre otros. Guionista: Manuel Nieto
Zas. Pasto / Murillo Cine / Roken Films / Vulcana Cinema / Sancho & Punta /
Paraíso Production Diffusion. Argentina / Uruguay / Brasil / Francia, 2021. Estreno
en la Argentina: 13 de enero de 2022. Disponible en Flow desde el 3 de febrero
de 2022.
Ricos-Pobres. Libres-Esclavos. Burgueses-Proletarios. Corporaciones-Estado. Tipologías opuestas que, según la teoría
de la lucha de clases, explican la naturaleza y la existencia de los conflictos
de intereses (principalmente sociales), aparentemente inherentes a toda
sociedad organizada políticamente. Sobre la tensión que genera esa disputa,
Manuel Nieto Zas enhebra la trama de El empleado y el patrón, una película que
a mí me resultó mucho más interesante por lo que dice que por cómo lo dice.
Estamos en la frontera entre Uruguay y Brasil,
en una importante hacienda que necesita, con cierta urgencia, de un trabajador
que sepa manejar una cosechadora para recolectar la soja que hay que llevar a
puerto para exportar y hacer pingües negocios. Rodrigo (Nahuel Pérez Biscayart)
es el patrón del título, el hijo del dueño (Jean Pierre Noher), ante quien debe
demostrar su capacidad para manejar el campo, la empresa y la herencia. Y
Carlos (Cristian Borges) es el empleado que llega para solucionar el problema y
disparar el conflicto.
Lo más interesante del film, me parece, viene
dado por la mirada del director sobre las intenciones que mueven a sus
personajes centrales, puesta en escena de la lucha de clases de la que hablaba
en el primer párrafo. Principalmente, porque elige alejarse de cualquier
simplificación ideológica sobre las motivaciones subyacentes en sus actos,
eliminando la falsa dicotomía Buenos–Malos con que tan fácilmente se
desdibuja la naturaleza humana cuando se la aborda desde arquetipos rígidos e
intencionados. Lo que aparece aquí es la utilización explícita de una tragedia,
que dividirá las aguas del film y hará que ambas partes intenten sacar provecho
o aminorar el impacto de los daños. Y de la que ninguno saldrá indemne.
A mi modo de ver, el principal problema de la
película pasa por su elección narrativa. Es de una gran lentitud, que no debe
confundirse con aburrimiento. Nieto Zas utiliza sus tiempos para desplegar a sus
personajes, sus pliegues más íntimos, aquellos en dónde se parecen (mucho) y se
diferencian (mucho más). Los paralelismos, las simetrías, las caras opuestas
que se miran sin entenderse, porque les ha faltado tiempo y predisposición para
conocerse. Cuando estalla el drama, ha pasado más de media película; y durante
el metraje restante, esa herida sangrará aristas que no pasarán del enunciado,
aunque prometían honduras dignas de desarrollo. Pero El empleado y el patrón te dejan pensando. Y a
esta altura de las cosas, eso está muy bueno.
Fernando Ariel García
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