miércoles, 27 de octubre de 2021

TERREMOTO 8.5: GEOPOLÍTICA DEL CAOS

Terremoto 8.5. Directores: Kim Byung-seo y Lee Hey-jun. Protagonistas: Ma Dong-seok, Lee Byung-hun, Ha Jung-woo, Jeon Hye-jin, Bae Suzy y Robert Curtis Brown, entre otros. Guionistas: Kim Byung-seo, Kim Tae-Yoon, Kwak Jeong-deok y Lee Hey-jun. CJ E&M / Dexter Studios / Perfect Storm Film. Corea del Sur, 2019. Estreno en la Argentina: 28 de octubre de 2021.


Este sí que es un caso de timing perfecto. A poco más de un mes de la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma, cuando nos siguen asombrando las imágenes de esas devastadoras coladas de lava incandescente desembocando en el Atlántico después de carbonizar el suelo a su paso, llega a los cines argentinos este tanque surcoreano del 2019. Una película que trata justamente de un volcán que, después de estar inactivo cerca de mil años, entra en violenta erupción y pone en peligro de desaparecer a toda la península coreana.


El título argentino, Terremoto 8.5, es un poco engañoso. Y me parece que viene puesto para intentar capitalizar la inmanencia en el inconsciente colectivo del clásico de todos los clásicos del cine catástrofe, el Terremoto de 1974 con Charlton Heston, Ava Gardner, Walter Matthau y un larguísimo etcétera de primeras figuras. Porque si bien el terremoto está presente durante todo el metraje del film hecho a cuatro manos por Kim Byung-seo y Lee Hey-jun, el eje dramático pasa por el acontecimiento volcánico, no por el movimiento sísmico derivado del mismo.


Por eso la película se titula, en su coreano original, Baekdusan, en referencia al Monte Baekdu, el más alto de la República Democrática Popular de Corea, enclavado justo en el límite fronterizo entre Corea del Norte y la República Popular China. Un lugar venerado por los pobladores locales, ya que la narrativa mitológica local le atribuye al monte no sólo el origen del pueblo coreano, sino la representación de su espíritu identitario, fuente de innumerables leyendas, canciones, relatos orales y escritos.


Que semejante representación mítica de la vida aparezca reconvertida en mensajera de la muerte incandescente para toda la península, dota al metraje de una carga simbólica que a nosotros nos pasa de largo, ocupados como estamos siguiendo las imágenes impactantes por la escala de semejante destrucción masiva. Y si el cataclismo es la lujosa vestimenta elegida por la trama para tenernos enganchados durante más de dos horas, es porque la historia que se nos cuenta tiene mucho de previsible y bastante poco de original. Cuestiones personales entrelazadas con los acontecimientos naturales. Personajes opuestos que se hermanan hasta conseguir la estatura de héroes. Mucha pose con exceso de testosterona y humor tonto puesto en el momento necesario para aflojar tensiones. Si fuera una peli yanqui, Bruce Willis y Dwayne Johnson entraban de taquito.


Lo más interesante, para mí al menos, está en el costado geopolítico que pone a rodar este Terremoto 8.5, poniendo en escena la injerencia estadounidense junto con la injerencia china sobre la necesaria (de acuerdo con la lógica argumental) invasión surcoreana a Corea del Norte para una misión suicida con armas nucleares. Definitoria partida de ajedrez político, diplomático y militar, que mete más miedo que el volcán desbocado. Y promete ser más destructor que los ríos de lava mordiéndote los talones.   
Fernando Ariel García

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