sábado, 11 de septiembre de 2021

THE FOUR FIVES: ÚLTIMA FASE DEL DUELO

The Four Fives. Guion: Joe Quesada. Dibujos: John Romita Jr. Tintas: Scott Hanna. Color: Marte Gracia. Editores: Martin Biro, Annalise Bissa y Tom Brevoort. Marvel Comics. EE.UU., septiembre de 2021.


Bong! Bong! Bong! Bong! Bong!
Bong! Bong! Bong! Bong! Bong!
Bong! Bong! Bong! Bong! Bong!
Bong! Bong! Bong! Bong! Bong!


Cuatro tandas de cinco campanadas. Rito de honor que, al menos en los EE.UU., se hace para homenajear y recordar a los bomberos muertos en el cumplimiento de su deber. Pero la campana que tañe su lamento no es una campana cualquiera, es La Campana de la Esperanza, enclavada al frente de la Capilla histórica episcopal de San Pablo, en pleno distrito financiero de New York, justo enfrente de donde estaban las Torres Gemelas. Una ubicación que no es casual, ya que se trata de una ofrenda que Londres le regaló a la Gran Manzana en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.


A veinte años del brutal acontecimiento que sacudió la conciencia del mundo, reformateó el concepto de terrorismo y ayudó a conformar un nuevo andamiaje legislativo global sobre las libertades individuales, Marvel toma esta liturgia y la hace historieta en un corto relato protagonizado por el Hombre-Araña y el Capitán América. Dos héroes, dos símbolos que, desde la soledad de las alturas, recogen testimonio y brindan sus respetos, acompañando ese otro acto simbólico que viene repitiéndose año tras año: El encendido de las dos torres lumínicas que, desde el el Memorial de las Torres en pleno corazón de la Zona Cero, se elevan hacia el cielo dibujando los contornos de aquello que supo ser.


Ocho páginas, prácticamente mudas, en las que no pasa nada y pasa de todo. Lo de Joe Quesada y John Romita Jr. va por el lado de la acción interna, eso que llamamos emoción contenida. Un repliegue hacia el ser íntimo, intentando abrazar ese dolor que no cesa con la idea de transformarlo en algo más, en algo mejor. ¿Esperanza? Puede ser. Cada golpe de la campana es un reconocimiento. A las víctimas. Y a los héroes de esas jornadas aciagas, que suelen ser los mismos héroes de otras jornadas similares, los héroes anónimos y verdaderos. Y cada campanada es, también, la reafirmación de una postura acrítica, dispuesta a tolerar el sufrimiento sin cuestionar la ofensiva militar que los EE.UU. desplegaron hasta hace 15 minutos sobre Afganistán, o el alineamiento irrestricto que Marvel (como empresa) adoptó hacia el discurso oficial de la administración Bush Jr.


Incluido en diferentes títulos regulares que Marvel publica este mes, The Four Fives funciona como una especie de secuela emocional al clásico The Amazing Spider-Man vol. 2 N° 36, historia que J. Michael Straczynski y John Romita Jr. publicaran en diciembre de 2001, intentando entender qué estaba pasando durante los ataques terroristas. Y si aquel cómic galvanizaba el ruido y la furia ante la inmediatez de la pérdida, esta historieta parece venir a cerrar el período de duelo, tramitando la aceptación de la muerte como parte del fenómeno natural que es la vida, abriéndose a una reflexión retrospectiva que favorezca la aparición de ese ansiado estado de calma que permita hacer las paces con la inevitabilidad de tamaña ausencia.


A veinte años del día que cambió al mundo (como suelen llamarlo los titulares periodísticos) lo único que humanamente puede hacerse es respetar el sentimiento de los sobrevivientes y de las familias de los muertos, acompañando en silencio cada ominoso golpe de campana. Ya habrá tiempo para levantar la voz más adelante. Ojalá Marvel también lo entienda así.
Fernando Ariel García

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