Instinto
maternal.
Director: Benoît
Delhomme.
Protagonistas:
Anne Hathaway, Jessica Chastain, Josh Charles y Anders Danielsen Lie,
entre otros. Guionista:
Sarah
Conradt. Basado en la novela Derrière
la haine (2012),
de Barbara Abel; y la película Duelles (Francia, 2018), dirigida por
Olivier Masset-Depasse. Anton / Freckle Films / Mosaic / Versus
Production. EE.UU.,
2024.
Estreno en la Argentina: 11
de enero
de 2024.
Para
una, el dolor es un estadío consciente de sufrimiento físico y
emocional. No tiene que ver con la pérdida de la felicidad, aunque
el
regocijo por el transcurso de la vida se le vaya haciendo cada vez
más inaccesible, universal y notorio. Es
la pérdida de todo sentido, la imposibilidad
de
adaptarse a esa
nueva y
detestable realidad,
la
incapacidad de
racionalizar la devastación existencial que se la acaba de llevar
puesta, como si nada. Para la otra, el dolor está emparentado con la
ansiedad, ese
inmanejable maridaje entre el miedo, el temor y la inquietud que la
ata a su pasado y a una salud psíquica fragmentada. Lo que tendrá
que descubrir el espectador es, si para alguna de ellas, el dolor
carga consigo la posibilidad de la sanación.
Para
una, la culpa es el mecanismo inconsciente que la lleva a juzgar las
conductas (propias y ajenas) con un férreo e intransigente código
moral, que sólo concibe la expiación a través del castigo
punitorio. Es también una expresión de la duda, de la
insatisfacción que le provocan sus renunciamientos, de esa
inseguridad que la inmoviliza entre la acción y la omisión. Es el
vértigo que la define y la condena, la encierra y la libera, por
espasmos y sin límites para la expresión física y verbal de la
violencia. Para la otra, la culpa es un capital que define la
dinámica de sus relaciones. Lo que tendrá que descubrir el
espectador es, si para alguna de ellas, la culpa terminará abriendo
la puerta de la locura.
Estamos
en los años ‘60, en un suburbio de lo más coqueto y encantador de
los EE.UU. Anne
Hathaway y Jessica Chastain son dos amigas inquebrantables, casadas con buenos y trabajadores
esposos, dueñas de casas idílicas y un pasar envidiable. Las dos
son madres y sus únicos hijos son mejores amigos. La corporización
del perfecto e impoluto sueño americano, que devendrá pesadilla
cuando la ligustrina que une y separa ambos microclimas se convierta
en la frontera decisiva del drama inconmensurable.
Thriller
psicológico de raíz hitchcockiana y ramas cronenbergianas, Instinto
maternal (Mothers’ Instinct) es la remake norteamericana de un
policial francés basado en una exitosa novela negra. Extremadamente
puntillosa en los aspectos formales, falla permanentemente a la hora
de construir tensión y misterio, algo de inquietud en la platea.
Distante ensayo sobre los efectos del dolor y la culpa, de la
paranoia y la venganza, la propuesta de Benoît Delhomme arranca como
una película de suspenso europea de los ‘60, pero termina como un
film de acción yanqui de los ‘90. Tiene un grave problema de
identidad, no supo / pudo / quiso asumirse como una u otra.
Fernando
Ariel García
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