Commando Nº 5497. Guion: Ferg Handley. Dibujos:
Morhain y Defeo. Portada: Keith Burns. DC Thompson & Co. Ltd. Reino Unido, 7
de diciembre de 2021.
Hace 80 años, el 7 de diciembre de 1941, la Armada Imperial
japonesa atacó la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái. Con
las primeras luces de la mañana, más de 300 aeronaves (entre cazas de combate,
bombarderos y torpederos) dañaron y/o hundieron un centenar de naves
estadounidenses atracadas en el puerto, matando en el camino a más de 2400
personas, entre militares en servicio y personal civil, dejando heridas a más
de 1000. La mayoría de los historiadores coincide en que la agresión pretendía
ser una acción preventiva, que intentaba evitar la intervención de la flota
estadounidense en la campaña militar del Imperio del Japón contra las
posesiones del Reino Unido, Francia, Holanda y los EE.UU. en el sureste
asiático. El resultado, hoy harto conocido, fue la efectiva entrada de los
EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial.
Con un timing perfecto e impecable, la veterana
revista británica Commando, que desde hace 60 años viene publicando un cómic
bélico autoconclusivo cada semana, distribuyó el pasado 7 de diciembre este Pearl Harbor guionado
por Ferg Handley y dibujado por nuestro Morhain (+ Defeo). Si bien el ataque a
la base naval ocupa el cuerpo principal de la aventura, las primeras páginas se
toman el trabajo de contarnos la historia personal de Jimmy Steele, un
fumigador de Ohio que, por esas cosas de la vida y su odio hacia los nazis,
termina siendo piloto e instructor de la Real Fuerza Aérea británica, la tan
mentada RAF. Experiencia que lo depositará en Pearl Harbor, justo
para formar parte del “día de la infamia”, como terminó bautizándolo Franklin
Delano Roosevelt.
Tengo que ser honesto. No me gustan nada las
historietas de Commando, ambientadas principalmente en los diferentes
escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Las encuentro peyorativamente populares,
ideológicamente arcaicas y maniqueas a más no poder. Exaltan valores eurocentristas
y defienden posturas supremacistas. Sus héroes son clásicos representantes del
paternalismo más rancio, construidos en base a una masculinidad tóxica, que
encuentra en la acción bélica la única validación para su hombría conservadora; y
la justificación necesaria para cosificar y estigmatizar al enemigo. Sus cómics
pueden ser modelos 2021, pero están realizados tal como se hubieran hecho hace
sesenta años. Y en este caso puntual, el ataque a Pearl Harbor no parece una
tragedia, sino una estudiantina donde se pueden poner a prueba las condiciones
morales occidentales y efectivizar la venganza sobre un puñado de viciosos deshumanizados.
Como siempre, Commando sigue confundiendo la historia antigua con la historieta
vieja.
Fernando Ariel García
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