Dora y la ciudad perdida. Director: James Bobin. Protagonistas: Isabela Moner (Dora Márquez), Jeff Wahlberg (Diego), Michael Peña (Cole Márquez, padre de Dora), Eva Longoria (Elena Márquez, madre de Dora), Eugenio Derbez, Nicholas Coombe, Madeleine Madden, Temuera Morrison, Adriana Barraza (Valerie, abuela de Dora), Pia Miller (Mami, tía de Dora), Q'orianka Kilcher, Isela Vega, Madelyn Miranda (joven Dora) y Malachi Barton (joven Diego), entre otros. Voces de Danny Trejo (Botas), Benicio del Toro (Zorro), Marc Weiner (Mapa) y Sasha Toro (Mochila). Guión: Tom Wheeler y Nicholas Stoller, basados en personajes y situaciones creados por Chris Gifford, Valerie Walsh Valdes y Eric Weiner para la serie televisiva Dora la exploradora. Paramount Players / Nickelodeon Movies / Walden Media / Media Rights Capital / Burr! Productions. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 29 de agosto de 2019.
Vamos a lo importante. Dora y la ciudad perdida (Dora and the Lost City of Gold) está pensada, estructurada y dirigida a pre-adolescentes de entre 11 y 15 años. Para ese segmento, la película es extraordinaria. Lo sé por las risas, los sustos, las emociones y las empatías varias que la aventura produjo en mi hija y en los hijos de todos los adultos que vimos la función de prensa. Para nosotros resultó entretenida, más que digerible en su totalidad (salvo el choreo del final, tan obsceno como absurdo, a Indiana Jones y la última cruzada) y brillante en las argumentaciones con que justifica las ineludibles referencias al dibujo animado.
Aprovechando la búsqueda de una perdida ciudad incaica de oro, el film transforma a la pequeña Dora televisiva en una Dora púber ingenua y aventurera, futuro proyecto de Indiana Jones o Tomb Rider. Y con el ligero tono de una familiar comedia de enredos, los primos Dora y Diego alternarán la jungla y la ciudad en el camino definitorio de su identidad, formando un compacto grupo de amigos y de precoces intereses románticos con sus compañeros de colegio y expedición forzosa.
De Perú a Los Ángeles y de Los Ángeles al Amazonas pre-Bolsonaro, todos los clichés del cine de acción selvático dirán presente, más tarde o más temprano. Permitiendo, incluso, una minibatería de chistes metaficcionales que no desentonan con la exagerada pantomima que domina el registro actoral. La corrección política imperante en Hollywood también dirá presente en una serie de parlamentos en quechua intercambiados entre Dora y el personaje encarnado por la actriz, cantante y activista estadounidense (de ascendencia peruana) Q'orianka Kilcher. Eso sí, todos los escenarios naturales de la selva latinoamericana fueron filmados en Australia. Porque una cosa es el respeto multicultural y otra los costos de producción.
Zorro, no te los lleves. Seguro que pinta secuela.
Fernando Ariel García