Teenage Mutant Ninja Turtles 30th Anniversary Special. Autores: Chris
Allan, Ben Bates, Ross Campbell, Gary Carlson, Dean Clarrain, Bobby Curnow, Michael
Dooney, Dan Duncan, Kevin Eastman, Frank Fosco, Andy Kuhn, Steve Lavigne, Jim
Lawson, Ken Mitchroney, David Peterson, Mark Torres, T-Rex, Tom Waltz. Basado en personajes y situaciones creados por Kevin Eastman y
Peter Laird. Portadas: Kevin Eastman y Peter Laird (regular y alternativa), Kevin Eastman y Simon Bisley, Nick Pitarra, Darío Brizuela, Chris Allan, Jamie
Tyndall, Ozzy Fernandez (alternativas). Editor: Bobby Curnow. 48 páginas a todo
color. IDW Publishing. EE.UU., mayo de 2014.
Tortugas. Adolescentes. Mutantes. Y, encima de todo, Ninjas. Que me perdonen los no sé cuántos millones de muñequitos que habitaron las infancias de no sé cuántos millones de personas en todo el mundo; las cinco películas cinematográficas, las series de dibujos animados televisivos y cuánto innecesario objeto de consumo pueda pergreñar
el mundo capitalista, pero la mera idea de cuatro manuelitos gigantes con
nombres de pintores renacentistas, fanáticos de la pizza y que se la pasan
repartiendo patadas a lo Bruce Lee por las alcantarillas de Nueva York, me
sigue pareciendo tonta. Sé, acabadamente, que a esta altura de los
acontecimientos estoy irremediablemente equivocado. Treinta años de éxito,
entendiendo el ingreso al estadío icónico de la cultura popular globalizada
como sinónimo de verdadero (e imperecedero) éxito, me gritan a la cara que el
tonto soy yo.
La era Mirage, a cargo de Kevin Eastman
Y para reafirmarme en el error, nada mejor que este número especial de IDW dedicado a celebrar las tres décadas de existencia de Las Tortugas Ninja que, más que quelonios, parecieran ser gatos, por eso de las siete vidas que portan. Siete vidas que deben abordarse como metáfora de los diferentes universos creativos, de las complementarias construcciones simbólicas que Leonardo, Michelangelo, Donatello y Raphael fueron representando a medida que su leyenda crecía y el imperio económico montado a su alrededor se iba diversificando. De aquel origen sombrío, pretendidamente adulto y furiosamente paródico hacia los tópicos más populares de la historieta
norteamericana de los ’80 (o sea, los X-Men, los New Teen Titans y el Daredevil de Frank Miller), a la explosión infantojuvenil de los muñequitos articulados y la derivada serie de dibujos animados de los ’90, que los catapultó al
estrellato (demostró que el American Dream puede ser algo más que un sueño) y aún
hoy les permite sobrevivir a toda manipulación genética que se les realice desde cualquier soporte comunicacional.
La etapa más popular (muñequitos, dibujo animado y cómics de Archie), reflejada en la ilustración de Ken Mitchroney
Y si es cierto que para muestra basta un botón, entonces este es el botón correcto. No por la calidad específica de cada corta aventura incluida en el ejemplar (que, la verdad, no supera la media), sino por el impacto global que alcanza (y expone con meridiana claridad) el trabajo editorial de Bobby Curnow, responsable principal (supongo) de que el resultado final de la lectura sea infinitamente superior al
de la sumatoria de sus partes constituyentes. Porque logra poner en perspectiva (y en movimiento) las diferentes capas de sentido que envuelven a Las Tortugas
Ninja, manteniendo la perspectiva histórica, abriendo las puertas necesarias para el desarrollo de la licencia hacia otros nortes y, sobre todo, acertando en las instantáneas escogidas para dejar testimonio de las diferentes versiones que la serie ha conocido en el mundo de la narración gráfica.
Los años de Image
Mediante historietas unitarias, ilustraciones, artículos periodísticos y la recuperación de una memorabilia (casi) inhallable, las principales instancias evolutivas de las tortugas salen a escena, sin mezclar sus identidades bien definidas, logrando el acoplamiento imaginario que permite exponer el verdadero alcance de la licencia, que es la convivencia de infinitas tortugas ninja dentro de Las Tortugas Ninja. Ahí están las aventuras urbanas de corte superheroico dark e introspectivo, la preocupación medioambiental y el deseo de concientizar infantes sobre los peligros que acechan a las especies en extinción, el misticismo oriental, cierta tensión entre lo espiritual y lo religioso, el arrebato de las violencias sin sentido, la vuelta de tuerca que le posibilitó la apertura al budismo zen, la exploración de las vidas pasadas y la idea de la reencarnación.
El presente de IDW
O sea, las particularidades temáticas que ayudaron a definir las instancias editoriales en Mirage Comics (1984-1993), Archie Comics (1989-1995), Image Comics (1996-1999), otra vez Mirage Comics (2004-2010) e IDW (desde 2011 hasta la fecha). Y, como si todo esto no bastara, cada una de ellas realizada expresamente para la ocasión (salvo la de la primera etapa, firmada por Eastman en 2012) por los principales autores involucrados en cada una de ellas. No se podría haber hecho mejor celebración, creo.
Tortugas. Adolescentes. Mutantes. Y, encima de todo, Ninjas. Sé que estoy irremediablemente equivocado. Pero me sigue pareciendo una idea tonta.
Fernando Ariel García
Kevin Eastman y Peter Laird
Kevin Eastman y Simon Bisley
Nick Pitarra
Darío Brizuela
Chris Allan
Jamie Tyndall
Ozzy Fernandez
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