Malandras (Colección ReLecturas
Nº 2). Guión: Rodolfo Santullo. Dibujos: Dante Ginevra. Portada: Dante Ginevra.
96 páginas en blanco y negro. Historieteca Editorial. ISBN: 978-987-25491-6-9.
Argentina, junio de 2014.
Cristo Vence. Bajo esta
consigna, un día como hoy de 1955, los aviones de la Marina de Guerra argentina
tuvieron su bautismo de fuego. Y lo hicieron ametrallando a su propio pueblo,
sembrando de bombas, sangre y muerte la Ciudad de Buenos Aires. Los blancos
elegidos por los militares fueron varios (la Casa Rosada, la CGT y la
residencia presidencial), pero el epicentro quedó concentrado sobre la Plaza de
Mayo y sus zonas aledañas, porque allí está la sede del Poder Ejecutivo
Nacional y porque el propósito final del brutal ataque genocida era derrocar al
Gobierno constitucional y asesinar al presidente Juan Domingo Perón. ¿El saldo?
Más de 350 civiles muertos y arriba de 700 heridos de diferente gravedad; un Golpe
de Estado frustrado, que sólo logrará concretarse tres meses después, con la toma
del Estado por parte de la Revolución Libertadora, que poco tenía de revolución
y nada de libertadora.
Haciendo un ejercicio de brutal
reducción histórica, podríamos decir que la principal razón tras el fracaso de
la intentona golpista es que Perón no estaba en la Casa Rosada, con lo cual el
efecto sorpresa del ataque no pudo degenerarse en magnicidio. ¿Por qué
Perón no estaba en la Casa Rosada? De
acuerdo con algunos historiadores, su ministro de Guerra, el general Franklin
Lucero, habría sido informado de las maniobras destituyentes con el tiempo
justo y pudo organizar, además de la salida del Presidente, la resistencia
armada que repelió con éxito a los criminales. Ahora bien, ¿cómo se enteró
Lucero de estas maniobras destituyentes?
Este hueco en la información es
el que cubren con ficción histórica (de sólidas bases investigativas) Rodolfo
Santullo y Dante Ginevra en Malandras, negro sainete policial signado por las
fuerzas del amor y la venganza, de la lealtad y la traición, traqueteando los
adoquines del viejo Mataderos mientras enhebran la cocina del complot y los
avatares personales de los personajes. Fresco político y social que apuesta al
poder de la movilización popular (voluntaria e involuntaria) para marcar el
rumbo de los acontecimientos, aunque el ritmo acelerado de esos hechos termine
produciendo ondas que, como en las aguas de un profundo río, irán abriendo sus
fauces circulares hacia adelante. Sin prisa y sin pausa.
La tesis de Malandras pasa por
la enconada lucha entre el bajo fondo que se subleva y los gorilas sublevados.
De un lado, la precaria asociación de punguistas, tangueros melancólicos,
malevos de justiciero cuchillo, putas caritativas, policías corruptos,
militares leales y anónimos feligreses de bodegón (entre los que puede
reconocerse a un joven Alberto Breccia en las páginas de un capítulo), que
reivindican su condición de peronistas a voz en cuello o mediante la toma de
decisiones. Y del otro, cocinando el complot al amparo de las sombras, mafiosos
y militares gorilas (entre los que puede reconocerse a un joven y omnipresente Emilio
Eduardo Massera, nombrado por su apellido en los bocetos pero anónimo en la
versión final), reivindicando su condición de asesinos, nunca a voz en cuello y
siempre mediante la toma de decisiones.
Un joven Alberto Breccia
Sorteando una imposición editorial
que el buen hacer de Santullo y Ginevra transformó de limitante en efecto
potenciador de los puntos fuertes de la narrativa, Malandras apareció en la
nueva Fierro como una serie de (cada vez más) concatenados episodios unitarios con
personajes recurrentes, ambientación y atmósfera similares que, al leerse de un
tirón (junto con los dos episodios inéditos que agrega esta edición, es cierto),
alcanza a mostrar la sutileza de algunos engranajes que la lectura seriada
obligaba a dejar por el camino, como el recorrido histórico, dramático y
geográfico que los protagonistas transitan de las periferias al centro, de Mataderos a la Plaza de Mayo, del quilombo al kilombo, de las pequeñas grandes historias a la Historia
Grande, del drama inenarrable a la tragedia que hace falta seguir contando.
Siempre.
Fernando Ariel García
Bonus Track:
Mural de El Niño Rodríguez para
la muestra Una patria de diez plazas, que acompañó la presentación del libro La
patria dibujada durante los festejos del Bicentenario
Dibujo de El Tomi, para la
sección Efemérides de hoy del sitio web de Télam
Única portada de Fierro dedicada a Malandras
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