El sorprendente Hombre-Araña 2: La amenaza de Electro. Director: Marc Webb. Protagonistas: Andrew Garfield (Hombre-Araña/Peter Parker), Emma Stone (Gwen Stacy), Jamie Foxx (Electro/Max Dillon), Paul Giamatti (Rino/Aleksei Sytsevich), Dane DeHaan (Duende Verde/Harry Osborn), Felicity Jones (Felicia), B.J. Novak (Alistair Smythe), Sally Field (tía May), Martin Sheen (Ben Parker), Campbell Scott (Richard Parker), Embeth Davidtz (Mary Parker), Chris Cooper (Norman Osborn) y Denis Leary (capitán George Stacy), entre otros. Participación especial de Stan Lee. Guionistas: Alex Kurtzman, Roberto Orci, Jeff Pinkner, James Venderbilt, basados en personajes creados por Stan Lee y Steve Ditko. Columbia Pictures / Marvel Enterprises. EE.UU., 2014.
Es una historia vieja y conocida, pero viene a cuento. Dicen que alguien, en algún momento y por razones que ahora no recuerdo, le preguntó a Miguel Ángel cómo era que podía hacer las maravillas que hacía con el mármol. A lo que Miguel Ángel respondió, con algún dejo de justificada soberbia, que sólo sacaba aquello que sobraba ya que la estatua estaba desde antes en el bloque que se había mandado traer desde Carrara. Bueno, que quede claro que Marc Webb, director de El sorprendente Hombre-Araña 2: La amenaza de Electro (The Amazing Spider-Man 2, 2014) está a siderales distancias de Miguel Ángel. No sólo no le saca lo que sobra, sino que (él o el responsable del corte final) parece estar dejándolo adrede.
Inútilmente larga, la película desborda ideas plausibles de ser desarrolladas en argumentos distintos e interconectados, pero amontonadas por el deseo de generar escala épica terminan mayormente desperdiciadas. Como si la licencia, entre uno y otro filme, en vez de crecer se hubiera ido en vicio. Hagan la prueba, sacando todo lo relacionado con el Rino (¿qué necesidad había de ridiculizar así a Paul Giamatti?) la película concentraría su enfoque y ganaría claridad narrativa. Ni hablar si hubiera optado por contar la historia del Duende Verde (Dane DeHaan) o la de Electro (un Jamie Foxx que pendula entre el Pitufo Gruñón y el Dr. Manhattan de Watchmen), manteniendo los lazos que las unen entre sí y con la parejita romántica de Peter Parker /Hombre-Araña y Gwen Stacy (Andrew Garfield y Emma Stone, respectivamente).
Electro (arriba) y el Duende Verde (abajo)
Segunda entrega de una serie de (por lo menos) cuatro, La amenaza de Electro repite aciertos y errores de su primera parte, El Asombroso Hombre-Araña. Por un lado, la apuesta a la garantizada espectacularidad visual que resuelve, de manera impecable, el lenguaje corporal del arácnido y las mil y una volteretas que es capaz de dar mientras se balancea por las calles de Nueva York, apoyado en efectos de realidad aumentada gracias al uso de la cámara subjetiva y los lentes 3D. Y por el otro, demasiados parlamentos trillados, insalvables hasta para un reparto tan bien elegido como éste. Es que el problema reside (otra vez) en la pifia del registro. La explosión trágica del último tramo (consecuente con uno de los momentos fundacionales del cómic, dicho sea de paso) no guarda relación con el tono de romántica comedia ligera que había abrazado hasta cinco segundos antes del que bien podría haber sido un gran final.
A buen entendedor...
Buena por partes, articulada de manera imperfecta, El Asombroso Hombre-Araña 2 falla en el punto de equilibrio que, hasta ahora, tan certeramente habían conseguido trabajar las demás películas superheroicas de Marvel. El balance entre una historia que acierte a contar, en simultáneo, una trama independiente y el fragmento de un mosaico argumental que la incluye y la trasciende. Si la saga fílmica del trepamuros piensa asumirse como una cadena, este es, sin dudas, su eslabón más flojo. Porque una vez que se acaban los títulos, toma cuerpo la sensación de haber presenciado los preparativos para la fiesta que vendrá, cuyas invitaciones quedan debidamente cursadas a todos los fanáticos marvelitas del mundo. Allí están el propio Rino y los trajes del Buitre y el Dr. Pulpo (y hay quienes juran haber visto los nombres encriptados de Venom y Morbius), anticipando las películas propias de Los Seis Siniestros y Venom; la posibilidad de que la Felicia que aparece sea Felicia Hardy (o sea, la Gata Negra) y de que Alistair Smythe se decida, finalmente, a convertirse en el Mata-Arañas de las historietas. Y, además, la información oficial que da cuenta de la incorporación de Mary Jane Watson (interpretada por Shailene Woodley) para la tercera peli, a estrenarse en 2016.
El Rino (arriba) y las alas del Buitre y los tentáculos del Dr. Pulpo (abajo), botones de muestra para la tercera peli
Y ya que mencionamos los títulos del final, al igual que en la entrega anterior, hay una escena intertítulos, pero que no guarda relación con el universo arácnido ni implica un futuro cruce cinematográfico entre licencias. Los segundos de X-Men: Days of Future Past aparecen como parte de un acuerdo publicitario entre Sony (dueña de Columbia Pictures) y Fox, parte del trato comercial que le permitió a Webb (bajo contrato con Fox) ponerse tras las cámaras de The Amazing Spider-Man 2 y 3. Total, ¿qué daño puede causarle a una película que es varias películas a la vez, el agregado de otra película más?
Fernando Ariel García
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