¿Qué puede obtenerse de una típica primera novela de una típica
tetralogía literaria para adultos jóvenes, como suele definir al público
adolescente la cada vez mayor segmentación del mercado editorial? La típica
primera película de una típica tetralogía cinematográfica (siempre y cuando a
los cráneos hollywoodenses no se les ocurra dividir alguna novela
-preferentemente la última- en dos filmes) para féminas adolescentes de
hormonas revolucionadas. Crepúsculo (digámoslo rápido para que a todos nos
quede claro de entrada), pero cambiando a los vampiros por brujos.
Gracias a Dios (o al Diablo) por la presencia de Jeremy Irons y Emma
Thompson, lo mejor (de lejos) que tienen para ofrecer estas Hermosas criaturas
Reelaboración del gótico victoriano (amores imposibles, caserones
abandonados y habitados por el misterio, usos y abusos del negro y del blanco
para definir el clásico enfrentamiento entre el Bien y el Mal, entre el Orden y
el Caos; entre todos los opuestos que, de una u otra forma, siempre terminarán
arreglándoselas para atraerse mutuamente y poner todo al borde del acabose,
físico y existencial. Hermosas criaturas (Beautiful Creatures, 2013) es la
película que uno espera ver antes de entrar al cine. Cumple con todas las
expectativas, transita todos los senderos; y lo hace con un rigor profesional
rayano en la perfección. Más de lo mismo. Que guste o no es harina de otro
costal; y todo terminará dependiendo de las expectativas que cada espectador
lleve consigo hasta la butaca.
Como parte del aluvión amoroso-sobrenatural de probado éxito
comercial, Hermosas criaturas construye su propio universo dramático desde la
manipulada (y manipulable, por lo que parece) sexualidad femenina prematrimonial.
¿Qué hacer con el deseo cuándo se conoce a la perfección el campo teórico pero
no se ha rendido aún el primer examen práctico? En la metáfora que hilvana el
filme (y, supongo, la novela en que se basa), ese momento de humana
trascendencia física y emocional, es la que determinará que las brujitas de 16
años sean reclamadas por la Luz o por las Tinieblas.
Es fácil imaginar el destino de la brujita que dé el mal paso,
sobre todo porque en la ficticia ciudad del estado de Carolina del Sur en que
se desarrolla la acción, la Iglesia es el poder dominante, capaz de estipular los
comportamientos sociales correctos e incorrectos, prohibir libros por sus
contenidos; y formatear los pensamientos que deben pensarse. En este estado de
viciada inocencia, entonces, es más que obvio que el mensaje ultraconservador
hará uso de seculares maldiciones familiares, tragedias de rancia estirpe shakespereana
y personajes que sueñan con escapar de su pueblo aunque decidan quedarse en sus
casas leyendo a Salinger, Vonnegutt o Miller, luchando a brazo partido hasta
obtener el ansiado giro copernicano de 360 grados.
Como bien resumiera el Bardo hace muchos años: Coger o no coger.
Esa es la cuestión.
Fernando Ariel García
Hermosas criaturas. Dirección: Richard LaGravenese. Protagonistas:
Alden Ehrenreich, Alice Englert, Jeremy Irons, Viola Davis, Emma Thompson, Emma
Rossum y Thomas Mann, entre otros. Guión: Richard LaGravenese, basado en la
novela homónima de Kami Garcia y Margareth Stohl. Alcon Entertainment. EE.UU.,
2013.
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