Madame
Web.
Directora:
S.J.
Clarkson.
Protagonistas: Dakota
Johnson (Cassandra Webb
/ Madame Web), Sidney Sweeney (Julia Cornwall / Spider-Woman),
Isabela Merced (Anya Corazón / Araña), Celeste O’Connor (Mattie
Franklin / Spider-Woman), Tahar Rahim (Ezekiel Sims) y Adam Scott
(Ben Parker). Participación especial de Emma Roberts (Mary Parker).
Guionistas:
Matt
Sazama, Burk Sharpless, Claire Parker y S.J. Clarkson, sobre una idea
original de Kerem Sanga, Matt Sazama y Burk Sharpless. Basado en
personajes y situaciones creadas por Denny O’Neil, John Romita Jr.,
Jim Shooter, Mike Zeck, Joe Quesada, Fiona Avery, Mark Brooks, John
Byrne, Rafael Kayanan, J. Michael Straczynski, Stan Lee, Steve Ditko
y Larry Lieber, entre
otros, para los cómics de Marvel. Columbia Pictures / Di
Bonaventura Pictures / Marvel
Entertainment / TSG
Entertainment.
EE.UU., 2024.
Estreno en la Argentina: 15
de febrero
de 2024.
No
se puede hacer más chato. No se puede hacer más previsible. No se
puede hacer más repetitivo. No se puede hacer más lento. No se
puede hacer más aburrido. Dicho esto, me queda claro que el Universo
Arácnido de Sony (en
imagen real y sin la presencia de Spider-Man) no
puede caer más bajo de lo que ha caído con esta
esperpéntica
Madame Web.
Es cierto que todavía no vi Morbius y que Kraven espera
fecha de estreno,
pero quiero creer que
ya llegamos al fondo del abismo. Por favor.
Entiendo
que, por alguna cuestión contractual que me supera, acá haya que
evitar las menciones directas al trepamuros más famoso de Marvel.
Está bien, la película se encarga de comunicar, en lenguaje de
señas, que ese bebé que viene al mundo es Peter Parker; y que ese
Ben Parker que anda dando vueltas junto a la protagonista, está
destinado a ser el Tío Ben que le enseñará al Hombre-Araña la
responsabilidad que conlleva todo gran poder. Si eso queda claro, si
ese código es rápidamente aceptado por el público espectador, ¿por
qué la película no lo elabora argumentalmente?
Tal
vez, porque se dedica a perder el tiempo siguiendo los pasos de
Cassandra Webb, paramédica huérfana con capacidades
premonitorias, a la que vemos tropezarse
varias veces con la misma piedra,
reaccionando en cada ocasión de idéntica manera. Razón por la cual
en vez de estar viendo una película de superhéroes podríamos
pensar que estamos presos de un loop satírico que intenta demostrar
que Scorsese tiene razón al denostar al cine de superhéroes.
Para
una aventura que cuenta el origen de cinco
personajes con
poderes arácnidos, el
film
sobreprivilegia la exposición de sus dilemas familiares, relegando a menos de cinco minutos en pantalla la presencia de las heroínas
con sus coloridos uniformes. Es
una pena que, al incorporar el legado de una civilización arcaica en
comunión con místicos artrópodos de ocho patas, se quede sólo en
la enunciación retroactiva de semejante información. Con tantas
limitaciones de base, Madame Web sólo podía aspirar a una mecánica
narrativa hueca, sobrepoblada de efectismos y lugares comunes. Eso sí
lo hizo bien.
Fernando
Ariel García