La
montaña. Director: Thomas
Salvador.
Protagonistas: Thomas
Salvador, Louise Bourgoin, Martine Chevallier, Laurent Poitrenaux,
Andranic Manet, Sylvain Frendo, Catherine Lefroid, Lucie Vadot,
Alexandre
Marchesseau y Adam Pouilhe. Guionistas:
Thomas
Salvador y Naila Guiguet.
Experto
de alta montaña: Denis Gonzalez. Chistmas in July / Auvergne Rhone –
Alpes Cinema / Canal + / Ciné
+ / Le Pacte. Francia, 2022. Estreno en la Argentina: 26 de octubre
de 2023.
Drama
intimista sobre el autoconocimiento, pero cruzado por un eje
fantástico que naturaliza lo sobrenatural. Todo eso, contado con el
apabullante despliegue fotográfico de un documental de National
Geographic. A grandes rasgos, así puedo resumir el impacto que me
causó La montaña (La montagne), segundo largometraje de esa rara
avis de la industria francoparlante que es Thomas Salvador, cineasta,
guionista y actor de sus propios films, además de acróbata y
alpinista. Diversos perfiles que conjugó (a la perfección, diría
yo) en esta obra.
Salvador
es el parisino cuarentón de Pierre, ingeniero en robótica que
parece llevar una vida tan idílica como cansina y anodina. Se lo
nota aburrido de la gran ciudad. No por la ciudad en sí, sino porque
se encuentra a la deriva con la vida rutinaria y desabrida que eligió
llevar. Está en crisis; y ese viaje laboral a la idílica Chamonix,
enclave de montaña al pie de los Alpes, le dará la excusa perfecta
para levar anclas, tirar la brújula y avanzar(se) hacia terreno
desconocido, atrapante y movilizador.
Aquí
es donde entra a cortar el verdadero protagonista de la historia, el
Mont Blanc, sus valles y glaciares aledaños. Según los mitos que se
cuentan fuera del metraje, en su cumbre existiría un reino
encantado, poblado por entidades divinas que debían ser respetadas y
veneradas, pero nunca temidas. Estas criaturas serían las
responsables de la inexplicable influencia que la montaña ejerce
sobre los hombres, convidándolos a internarse entre sus cumbres para
que descubran (y compartan) sus propias esencias.
La
montaña no abunda en esta leyenda, ni aventura relación alguna
entre esos especímenes mágicos y la exacta naturaleza de las luces
nocturnas que Pierre ve moviéndose entre las alturas cubiertas de
roca y nieve, antes de largarse a perseguirlas como un poseído.
Apelando a una poética minimalista, el film sigue sus pasos por
entre la belleza de ese paisaje monumental, introspectivo y
silencioso, mientras decide abandonar la sociedad para abandonarse en
la naturaleza salvaje. Un relato existencialista de liberación
espiritual, que simboliza la ruptura de sus antiguos lazos afectivos,
la generación de nuevos códigos de convivencia y una opción por lo
desconocido. Que no es otra cosa que el abrazo a una vida sintiente.
Fernando
Ariel García